Macario De Juan Rulfo
Juan Rufo |
Macario
Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas. Anoche, mientras estábamos cenando, comenzaron a armar el gran alboroto y no pararon de cantar hasta que amaneció. Mi madrina también dice eso: que la gritería de las ranas le espantó el sueño. Y ahora ella bien quisiera dormir. Por eso me mandó a que me sentara aquí, junto a la alcantarilla, y me pusiera con una tabla en la mano para que cuanta rana saliera a pegar de brincos afuera, la apalcuachara a tablazos… Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros. Las ranas son buenas para hacer de comer con ellas. Los sapos no se comen; pero yo me los he comido también, aunque no se coman, y saben igual que las ranas. Felipa es la que dice que es malo comer sapos. Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos. Ella es la que me da de comer en la cocina cada vez que me toca comer. Ella no quiere que yo perjudique a las ranas. Pero, a todo esto, es mi madrina la que me manda a hacer las cosas… Yo quiero más a Felipa que a mi madrina. Pero es mi madrina la que saca el dinero de su bolsa para que Felipa compre todo lo de la comedera. Felipa sólo se está en la cocina arreglando la comida de los tres. No hace otra cosa desde que yo la conozco. Lo de lavar los trastes a mí me toca. Lo de acarrear leña para prender el fogón también a mí me toca. Luego es mi madrina la que nos reparte la comida. Después de comer ella, hace con sus manos dos montoncitos, uno para Felipa y otro para mí. Pero a veces Felipa no tiene ganas de comer y entonces son para mí los dos montoncitos. Por eso quiero yo a Felipa, porque yo siempre tengo hambre y no me lleno nunca, ni aun comiéndome la comida de ella. Aunque digan que uno se llena comiendo, yo sé bien que no me lleno por más que coma todo lo que me den. Y Felipa también sabe eso… Dicen en la calle que yo estoy loco porque jamás se me acaba el hambre. Mi madrina ha oído que eso dicen. Yo no lo he oído. Mi madrina no me deja salir solo a la calle. Cuando me saca a dar la vuelta es para llevarme a la iglesia a oír misa. Allí me acomoda cerquita de ella y me amarra las manos con las barbas de su rebozo. Yo no sé por qué me amarra mis manos; pero dice que porque dizque luego hago locuras. Un día inventaron que yo andaba ahorcando a alguien; que le apreté el pescuezo a una señora nada más por nomás. Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo que yo hago y ella nunca anda con mentiras. Cuando me llama a comer, es para darme mi parte de comida, y no como otra gente que me invitaba a comer con ellos y luego que me les acercaba me apedreaban hasta hacerme correr sin comida ni nada. No, mi madrina me trata bien. Por eso estoy contento en su casa. Además, aquí vive Felipa. Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero… La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco. Yo he bebido leche de chiva y también de puerca recién parida; pero no, no es igual de buena que la leche de Felipa… Ahora ya hace mucho tiempo que no me da a chupar de los bultos esos que ella tiene donde tenemos solamente las costillas, y de donde le sale, sabiendo sacarla, una leche mejor que la que nos da mi madrina en el almuerzo de los domingos… Felipa antes iba todas las noches al cuarto donde yo duermo, y se arrimaba conmigo, acostándose encima de mí o echándose a un ladito. Luego se las ajuareaba para que yo pudiera chupar de aquella leche dulce y caliente que se dejaba venir en chorros por la lengua… Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre. Y la leche de Felipa era de ese sabor, sólo que a mí me gustaba más, porque, al mismo tiempo que me pasaba los tragos, Felipa me hacia cosquillas por todas partes. Luego sucedía que casi siempre se quedaba dormida junto a mí, hasta la madrugada. Y eso me servía de mucho; porque yo no me apuraba del frío ni de ningún miedo a condenarme en el infierno si me moría yo solo allí, en alguna noche… A veces no le tengo tanto miedo al infierno. Pero a veces sí. Luego me gusta darme mis buenos sustos con eso de que me voy a ir al infierno cualquier día de éstos, por tener la cabeza tan dura y por gustarme dar de cabezazos contra lo primero que encuentro. Pero viene Felipa y me espanta mis miedos. Me hace cosquillas con sus manos como ella sabe hacerlo y me ataja el miedo ese que tengo de morirme. Y por un ratito hasta se me olvida… Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le cuenta al Señor todos mis pecados. Que irá al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dirá que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días. No porque ella sea mala, sino porque yo estoy repleto por dentro de demonios, y tiene que sacarme esos chamucos del cuerpo confesándose por mí. Todos los días. Todas las tardes de todos los días. Por toda la vida ella me hará ese favor. Eso dice Felipa. Por eso yo la quiero tanto… Sin embargo, lo de tener la cabeza así de dura es la gran cosa. Uno da de topes contra los pilares del corredor horas enteras y la cabeza no se hace nada, aguanta sin quebrarse. Y uno da de topes contra el suelo; primero despacito, después más recio y aquello suena como un tambor. Igual que el tambor que anda con la chirimía, cuando viene la chirimía a la función del Señor. Y entonces uno está en la iglesia, amarrado a la madrina, oyendo afuera el tum tum del tambor… Y mi madrina dice que si en mi cuarto hay chinches y cucarachas y alacranes es porque me voy a ir a arder en el infierno si sigo con mis mañas de pegarle al suelo con mi cabeza. Pero lo que yo quiero es oír el tambor. Eso es lo que ella debería saber. Oírlo, como cuando uno está en la iglesia, esperando salir pronto a la calle para ver cómo es que aquel tambor se oye de tan lejos, hasta lo hondo de la iglesia y por encima de las condenaciones del señor cura…: “El camino de las cosas buenas está lleno de luz. El camino de las cosas malas es oscuro.” Eso dice el señor cura… Yo me levanto y salgo de mi cuarto cuando todavía está a oscuras. Barro la calle y me meto otra vez en mi cuarto antes que me agarre la luz del día. En la calle suceden cosas. Sobra quién lo descalabre a pedradas apenas lo ven a uno. Llueven piedras grandes y filosas por todas partes. Y luego hay que remendar la camisa y esperar muchos días a que se remienden las rajaduras de la cara o de las rodillas. Y aguantar otra vez que le amarren a uno las manos, porque si no ellas corren a arrancar la costra del remiendo y vuelve a salir el chorro de sangre. Ora que la sangre también tiene buen sabor aunque, eso sí, no se parece al sabor de la leche de Felipa… Yo por eso, para que no me apedreen, me vivo siempre metido en mi casa. En seguida que me dan de comer me encierro en mi cuarto y atranco bien la puerta para que no den conmigo los pecados mirando que aquello está a oscuras. Y ni siquiera prendo el ocote para ver por dónde se me andan subiendo las cucarachas. Ahora me estoy quietecito. Me acuesto sobre mis costales, y en cuanto siento alguna cucaracha caminar con sus patas rasposas por mi pescuezo le doy un manotazo y la aplasto. Pero no prendo el ocote. No vaya a suceder que me encuentren desprevenido los pecados por andar con el ocote prendido buscando todas las cucarachas que se meten por debajo de mi cobija… Las cucarachas truenan como saltapericos cuando uno las destripa. Los grillos no sé si truenen. A los grillos nunca los mato. Felipa dice que los grillos hacen ruido siempre, sin pararse ni a respirar, para que no se oigan los gritos de las ánimas que están penando en el purgatorio. El día en que se acaben los grillos, el mundo se llenará de los gritos de las ánimas santas y todos echaremos a correr espantados por el susto. Además, a mí me gusta mucho estarme con la oreja parada oyendo el ruido de los grillos. En mi cuarto hay muchos. Tal vez haya más grillos que cucarachas aquí entre las arrugas de los costales donde yo me acuesto. También hay alacranes. Cada rato se dejan caer del techo y uno tiene que esperar sin resollar a que ellos hagan su recorrido por encima de uno hasta llegar al suelo. Porque si algún brazo se mueve o empiezan a temblarle a uno los huesos, se siente en seguida el ardor del piquete. Eso duele. A Felipa le picó una vez uno en una nalga. Se puso a llorar y a gritarle con gritos queditos a la Virgen Santísima para que no se le echara a perder su nalga. Yo le unté saliva. Toda la noche me la pasé untándole saliva y rezando con ella, y hubo un rato, cuando vi que no se aliviaba con mi remedio, en que yo también le ayudé a llorar con mis ojos todo lo que pude… De cualquier modo, yo estoy más a gusto en mi cuarto que si anduviera en la calle, llamando la atención de los amantes de aporrear gente. Aquí nadie me hace nada. Mi madrina no me regaña porque me vea comiéndome las flores de su obelisco, o sus arrayanes, o sus granadas. Ella sabe lo entrado en ganas de comer que estoy siempre. Ella sabe que no se me acaba el hambre. Que no me ajusta ninguna comida para llenar mis tripas aunque ande a cada rato pellizcando aquí y allá cosas de comer. Ella sabe que me como el garbanzo remojado que le doy a los puercos gordos y el maíz seco que le doy a los puercos flacos. Así que ella ya sabe con cuánta hambre ando desde que me amanece hasta que me anochece. Y mientras encuentre de comer aquí en esta casa, aquí me estaré. Porque yo creo que el día en que deje de comer me voy a morir, y entonces me iré con toda seguridad derechito al infierno. Y de allí ya no me sacará nadie, ni Felipa, aunque sea tan buena conmigo, ni el escapulario que me regaló mi madrina y que traigo enredado en el pescuezo… Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando. Si tardan más en salir, puede suceder que me duerma, y luego ya no habrá modo de matarlas, y a mi madrina no le llegará por ningún lado el sueño si las oye cantar, y se llenará de coraje. Y entonces le pedirá, a alguno de toda la hilera de santos que tiene en su cuarto, que mande a los diablos por mí, para que me lleven a rastras a la condenación eterna, derechito, sin pasar ni siquiera por el purgatorio, y yo no podré ver entonces ni a mi papá ni a mi mamá que es allí donde están… Mejor seguiré platicando… De lo que más ganas tengo es de volver a probar algunos tragos de la leche de Felipa, aquella leche buena y dulce como la miel que le sale por debajo a las flores del obelisco…
Responde dos preguntas...
1.- ¿Cómo se muestran las actitudes y las emociones del personaje principal en relación a los demás personajes del cuento? Con ejemplos concretos.
2.- Explique la importancia del tiempo y el espacio dentro del cuento "Macario" de Juan Rulfo mediante los recursos literarios que usa el autor. Con ejemplos concretos.
3.- ¿Cómo se observa el conflicto entre la realidad y el deseo, entre el ser y el debe ser en el cuento "Macario" de Juan Rulfo? Con ejemplos concretos.
4.- ¿Cómo se observas las acciones de los personajes dentro del cuento representan algunos valores sociales o convicciones culturales? Con ejemplos concretos.
1) Se debe tomar en cuenta que el cuento es narrado desde la perspectiva del personaje principal "Marcario" por lo cual se entiende que las emociones y actitudes que el mencione van dirigidas a si mismo. A diferencia de otros personajes donde el propiamente describe las emociones de otros. "Además, aquí vive Felipa. Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero… La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco." (Rulfo, 1953, p. 1). En esta cita se describe las actitudes o emociones que siente Macario con respecto a Felipa, en este caso la describe de buena forma debido a que Felipa tiene un trato especial con el actante principal (le dota de su propia leche). El se ve atraido por la idea de que comparte un Espacio con Felipa, sus emociones se ven relacionadas con los gustos o deseos que el mismo pueda tener.
ResponderEliminar4) Una vez mas se destaca que las acciones de Macario o el actante principal son descritas desde su propio punto de vista. Dentro de los valores sociales o convicciones culturales que se demuestran en el cuento es que este recibe otro trato distinto al que se le otorga a otras personas dentro de la sociedad presente en la historia. En ejemplo: "Cuando me llama a comer, es para darme mi parte de comida, y no como otra gente que me invitaba a comer con ellos y luego que me les acercaba me apedreaban hasta hacerme correr sin comida ni nada. No, mi madrina me trata bien" (Rulfo, 1953, p. 1). En esta cita se ve como la sociedad maltrata a Macario con su aparicion publica, el trato de la Madrina hacia el se considera bueno porque lo invita a comer en un distinto tiempo para que el mismo no sea lastimado o herido.
Adrian Rios
EliminarFlorencia Trigo
ResponderEliminar1-Macario es el personaje principal del cuento, mientras que la madrina y Felipa son los personajes secundarios. En cuanto a las actitudes y emociones del protagonista en relación a la madrina, se podría decir que ella representa una figura de autoridad para Macario. En este caso, la madrina es representada como aquella persona que se encarga de sustentar el alimento en la casa y de regañar al niño cuando de comporta de manera indebida. La actitud de Macario en relación a este personaje es de agradecimiento y de respeto, ya que reconoce que es la persona que cuida de él. Por otro lado, el personaje de Felipa representa para Macario una figura más maternal y se da a entender que Macario le tiene un gran cariño. Esto puede verse reflejado en numerosas ocasiones a lo largo del cuento ya que el niño menciona que quiere mucho a Felipa porque le da lecha, lo cuida, le da su comida y también reza por él. En la historia, Macario menciona: “Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero…” (Rulfo, 1953, pág.1) En relación a las emociones y actitudes del protagonista con Felipa, se muestra que él es muy cercano a ella a que ella le genera seguridad. Como se sabe que Macario es un niño con problemas, la figura de Felipa le da tranquilidad y adquiere el papel de una madre para él. Del mismo modo es importante resaltar que ambos personajes son importantes en la vida del protagonista ya que Macario vive a través de los ojos de su Madrina y de Felipa, ya que como él no se acuerda de lo que hace, él se basa en lo que le cuentan estos personajes.
2-Es posible observar en el cuento como las acciones de los personajes pueden representar valores sociales y convicciones culturales. Se puede decir que la situación que debe afrontar Macario es una realidad social, ya que se muestra como al ser un niño diferente con algún tipo de enfermedad, debe enfrentarse a una situación de violencia en las calles. En el cuento el menciona: “Barro la calle y me meto otra vez en mi cuarto antes que me agarre la luz del día. En la calle suceden cosas. Sobra quién lo descalabre a pedradas apenas lo ven a uno. Llueven piedras grandes y filosas por todas partes.” (Rulfo, 1953, pág.1) De igual manera, las convicciones culturales se ven reflejadas ya que las acciones de personajes como la madrina y Felipa, expresan la creencia católica presente en la sociedad. A lo largo del cuento se refleja la idea de la existencia del cielo y el infierno, y como los pecados que cometemos en la vida determina nuestro destino. Las convicciones religiosas se ven reflejadas con el hecho de que Felipa reza por Macario y pide a Dios que perdone sus pecados. En el cuento se menciona lo siguiente: “Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le cuenta al Señor todos mis pecados. Que irá al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo.” (Rulfo, 1953.pág. 1) Como un análisis propio considero que esta situación también muestra una crítica social donde las personas con algún tipo de enfermedad son vistas con demonios o malvadas. Aunque no se especifica el problema del niño, se sabe que es alguien con problemas y que no tiene una vida fácil. El hecho de que el mismo se considere malvado y lleno de demonios refleja de alguna manera como eran vistas aquellas personas con algún tipo de problema mental durante la época, ya que la sociedad no comprendía su estado de salud y solo lo criticaban por su acciones.
Nicolas Arnez
ResponderEliminar1. Las actitudes que se muestran del personaje principal muestra que este genero ya una dependencia muy grande a Felipa que era quien la cuidaba, mostrando que este no podia hacer nada solo ya que ella no únicamente no le brindaba concitas características de una niñera sino, incluso se puede ver una gran influencia de lo que es o se denomina como un instinto maternal, y el personaje principal al ver esto se siente seguro e incluso se podría decir que siente una necesidad de corresponderle a Felipa como lo podemos ver en la siguiente cita: “Por eso quiero yo a Felipa, porque yo siempre tengo hambre y no me lleno nunca, ni aun comiéndome la comida de ella.” (Rulfo, J. 1953. Pg.1). En esta cita se muestra un sentimiento no únicamente de dependencia sino tambien de seguridad que el personaje principal siente hacia Felipa y que este esta seguro de que Felipa siempre va a estar con ella y siempre va a estar consintiéndole y dandole de comer.
3. El cuento muestra un conflicto entre lo que es la realidad y el deseo dentro de un elemento muy importante, el cual viene a ser el personaje principal y su relación con uno de los personajes secundarios, el cual en este caso viene a ser Felipa. Ya que muestra un confrontamiento entre lo que es la realidad y el deseo. La realidad en esta relación es que Felipa se preocupa por el personaje principal, incluso se podría decir que se estaba desarrollando un instinto maternal ya un poco desarrollado, pero lo que es el deseo viene de la otra parte, es decir del personaje principal, ya que este siente la necesidad de estar con Felipa todo el tiempo, que quiere estar con ella a tal punto que uno con criterio podía calificarlo ya como un paso más allá de lo que es el deseo y simbolizar ya lo que es la obsesión. Como se ve en la siguiente cita: “Pero viene Felipa y me espanta mis miedos. Me hace cosquillas con sus manos como ella sabe hacerlo y me ataja el miedo ese que tengo de morirme. Y por un ratito hasta se me olvida… Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le cuenta al Señor todos mis pecados.” (Rulfo, J. 1953. Pg 1). Justo esta cita muestra el conflicto entre la realidad y el deseo dentro de la obra.
1- ¿Cómo se muestran las actitudes y las emociones del personaje principal en relación a los demás personajes del cuento?
ResponderEliminarPrincipalmente lo que diferencia a las características del personaje principal en cuanto a su forma de ser y los sentimientos que transmite es el relato en primera persona que se presenta, a través de este relato se puede observar a profundidad todo lo que el protagonista siente y piensa. De la misma manera como lectores se puede apreciar lo que el protagonista ve y su forma de describir o mencionar situaciones sin importancia. Por lo que se lee el protagonista puede que tenga alguna enfermedad como ser el autismo por las actitudes que presenta y lo que relata, además que se menciona que hace locuras y por eso amarran sus manos, esto sostiene una parte donde dice: “Un día inventaron que yo andaba ahorcando a alguien; que le apreté el pescuezo a una señora nada más por nomás. Yo no me acuerdo” (Rulfo, 1956, p.1), esta cita hace referencia a en realidad si tiene algún problema o enfermedad. En esta misma situación se aprecian un poco sus emociones como la del amor o cariño que en este caso le transmite a Felipa. Dice que Felipa es quien le hace todo por lo que se convierte en un personaje secundario muy importante. Por lo tanto, las actitudes y emociones del personaje se transmiten mediante el relato del mismo protagonista.
Fabiana Sánchez
Micaela Palacios
ResponderEliminar1)La narración del cuento sigue la técnica del fluir de la consciencia. Esto ayuda a entender las emociones del personaje, sin embargo, no sus actitudes. Macario, el protagonista afirma repetidas veces que quiere mucho a Felipa. Esto lo hace de manera desordenada, recordando cada vez una razón distinta de ese cariño. Felipa es su persona favorita, pero también muestra aprecio a su madrina. Sus actitudes con Felipa son confusas y cariñosas, en las que Macario incluso refleja las emociones que ella tiene. Su actitud respecto a su madrina va solamente a obedecerla. La siguiente cita refleja los roles de los otros personajes en la vida de Macario “Pero, a todo esto, es mi madrina la que me manda a hacer las cosas… Yo quiero más a Felipa que a mi madrina” (Rulfo,1953, p.1).
3)A lo largo del cuento se puede notar que Macario no es normal. Macario no es lo que los demás esperan que sea. “Llueven piedras grandes y filosas por todas partes” (Rulfo,1953, p.1) es una apreciación que muestra el rechazo por parte de la sociedad en cuanto a Macario. Incluso él tiene cierto rechazo a si mismo cuando reflexiona respecto al infierno. Cree que se va a ir al infierno por la manera en la que él es. Sus actitudes hacia los otros personajes son gentiles, pero igual considera que merece ir al infierno. Felipa y su madrina también creen que irá al infierno y por ello le hablan de Dios, lo llevan a misa o se confiesan por él. Se muestra ese conflicto respecto al ser y al debe ser de Macario.
Fernanda Montaño
ResponderEliminar1. Las actitudes y emociones del personaje principal en relación a los demás personajes varía y depende Esto debido a que con Felipa el personaje principal tiene una relación más profunda con sentimientos fuertes involucrados, puesto que Felipa era con la que pasaba más tiempo y está adoptada a un rol fraternal e incluye una actitud maternal con Macario. En este sentido, el personaje principal muestra constantemente una actitud simpática y también de obediencia con Felipa, puesto que esta estaba todo el tiempo pendiente de él y sus necesidades. La relación entre Macario y Felipa se puede representar mediante la siguiente cita: “ Pero viene Felipa y me espanta mis miedos. Me hace cosquillas con sus manos como ella sabe hacerlo y me ataja el miedo ese que tengo de morirme.” (Rulfo, 1953). En comparación a la relación que tienen Macario con su Madrina tiende a ser de carácter severo y hasta cierto punto autocrático. Esto se debe a que la Madrina de Macario le ordena las cosas que este debe hacer, y está relación no pasa de obedecer órdenes y cumplirlas puesto que aquí no se ve una relación fraterna ni mucho menos de cariño. Esto se refleja a través de la siguiente referencia del cuento: “Pero, a todo esto, es mi madrina la que me manda a hacer las cosas… Yo quiero más a Felipa que a mi madrina.” (Rulfo,1953).
3. El conflicto entre la realidad y el deseo en el cuento de Macario, de cierto modo se podría llegar a decir que se da mediante Felipa y su Madrina. Esto debido a que con Felipa el personaje principal se siente libre y querido por lo que la relación que este desarrolla y entabla con Felipa resulta ser mucho más fraternal que con su propia madrina. En este sentido, acá se puede ver la parte ser de Macario. Por otro lado, la figura de la Madrina es un personaje que solo impone reglas y da órdenes , de modo que aquí se puede reflejar el deber de Macario. De este modo, se genera el conflicto interno del personaje principal, ya que este se encuentra dividido entre dos mujeres que tienen distintos puntos de vista, que hasta cierto punto lo contradicen de forma personal. Esto se determina a partir de la siguiente cita: “Porque yo creo que el día en que deje de comer me voy a morir, y entonces me iré con toda seguridad derechito al infierno.“ (Rulfo, 1953). Aquí se puede ver dicho conflicto interno con el que carga Macario ya que el piensa constantemente que se va a ir al infierno como consecuencia de sus acciones, las cuales son dirigidas o manipuladas por esas dos figuras femeninas, su Madrina y Felipa.
Emilia Badani Reyes Villa
ResponderEliminar2.- Explique la importancia del tiempo y el espacio dentro del cuento "Macario" de Juan Rulfo mediante los recursos literarios que usa el autor. Con ejemplos concretos.
Dentro del cuento escrito por Juan Rulfo el espacio y el tiempo son dos elementos fundamentales para el entendimiento del texto; ambos elementos son presentados mediante las figuras literarias que permiten a su vez, aclarar la situación de Macario al lector. Este cuento tiene una estructura de tiempo ciclico, ya que a medida de que avanza el cuento y Macario lo cuenta, sabemos como lectores que al final del texto volvemos al mismo lugar del inicio. Utilizando un monólogo, Macario nos cuenta cómo son sus días y las actividades que realiza. Además hace una breve presentación de los personajes secundarios, hablando de su madrina y Felipa. Al analizar los recursos literarios que describen a los personajes principales podemos conocer el espacio del cuento. "Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos. Ella es la que me da de comer en la cocina". (Rulfo, 1953; p.1) Esta metáfora utilizada para entender a la cocinera Felipa aporta también para conocer el ambiente en el que Macario pasa algunas partes de su vida. Sabemos que come con Felipa y que se siente seguro con ella, que tiene los ojos como los de un gato y que alimenta al niño. El lector conoce la relación entre la mujer y el niño, una relación maternal ya que Macario menciona cómo se comporta Felipa con el. "Por eso quiero yo a Felipa, porque yo siempre tengo hambre y no me lleno nunca, ni aun comiéndome la comida de ella." (Rulfo, 1953; p.1) con dicha hiperbole entendemos además la extraña condición de hambre constante del niño. Posteriormente entendemos que el niño tiene una extraña condición psicológica "no da de topes contra el suelo; primero despacito, después más recio y aquello suena como un tambor." (Rulto, 1953; p.1) mediante este simil el lector aprende que el niño se golpea la cabeza en casa de su madrina. Finalmente el espacio fisico del niño es aclarado ya que el menciona "Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas" (Rlfo, 1953; p.1) El flujo de consciencia del niño se detiene después de las descripciones que aporta y Macario confirma seguir sentado en la alcantarilla, al igual que en el inicio.
3.- ¿Cómo se observa el conflicto entre la realidad y el deseo, entre el ser y el debe ser en el cuento "Macario" de Juan Rulfo? Con ejemplos concretos.
Tras un breve análisis del cuento logramos entender que Macario es un niño que sufre con un trastorno psicológico, por lo cual tiene ataques de ansiedad, piensa que irá al infierno porque tiene demonios dentro y se golpea la cabeza y come sin cesar. Todo ésto podría apuntar a varios trastornos, sin embargo el principal siendo esquizofrenia infantil ya que Macario siente que tiene demonios dentro, aludiendo a voces que le impiden hacer el bien y lo llevan por el camino del mal. "yo estoy repleto por dentro de demonios, y tiene que sacarme esos chamucos del cuerpo confesándose por mí." (Rulfo, 1953; p.3) Todo lo anterior es la realidad de Macario. Sin embargo, el deseo del niño que no ve con claridad su situación es poder tomar la leche de Felipa y tras morir acompañarla al cielo, librandose de sus demonios. Este es un conflicto constante entre la realidad del niño y el deseo que el tiene en mente; aludiendo así a la ingenuidad del muchacho de corta edad.
Sebastian Bazbazat
ResponderEliminar1. El relato cuenta la historia de Macario, un chico que vive son su madrina y con Felipa, dos mujeres que cuidan de él y de las que queda al cargo cuando mueren sus padres. El relato está narrado desde la voz de este personaje, lo cual hace que tenga aún más fuerza lo que se cuenta. Macario es un chico que siempre tiene hambre y que vive obsesionado por la culpa y por el pecado porque no quiere ir al infierno. Intuimos que padece algún problema mental y que no es plenamente consciente de las cosas que le suceden a su alrededor. También intuimos que es violento y que no es capaz de relacionarse con otros chicos de su edad de una forma normal. Ademas se muestra el miedo del personaje creado por Felipa, quien parece traumarlo con la idea de que se ira al inifierno si se porta mal.“de allí ya no me sacará nadie, ni Felipa, aunque sea tan buena conmigo” (Juan Rulfo, 1953)
2. En el espacio y tiempo de Macario se puede apreciar la existencia de elementos mágicos tal vez intuitivos que por lo general nunca son explicados. “Luego se las ajuareaba para que yo pudiera chupar de aquella leche dulce y caliente que se dejaba venir en chorros por la lengua… Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre”(Rulfo, 1953). Este recurso estilístico es característico del realismo mágico, una forma de expresión haciendo la denuncia social y a la vez hiperbólizada de las situaciones de nuestra realidad latinoamericana. Tiene un enfoque metafísico del tiempo y del espacio; el tiempo poco convencional lo que rompe con la estructura lineal en la narrativa. Se utilizan nuevas formas para presentar la historia en el tiempo interno.
3. El deseo en Macario es una fuerza natural (de hambre) que impulsa al protagonista y que, al mismo tiempo, se confronta con su realidad. El conflicto entre ambos origina una tragedia intima de Macario. Se puede ver que la realidad para él es imperfecta y narrado en recuerdos pasados efímeros, pero como contraste, su hambre es duradera y persiste durante toda la obra. La única alternativa que tiene Macario para afrontar su realidad es aceptarla. Un ejemplo claro es el final del cuento “De lo que más ganas tengo es de volver a probar algunos tragos de la leche de Felipa, aquella leche buena y dulce como la miel que le sale por debajo a las flores del obelisco…”(Rulfo, 1953). Esta hambre constante puede interpretarse como una metáfora al estado de México a mediados del siglo XX. Un país lleno de pobreza, en el cual el gobierno no muestra una actitud empática con su población.
4. Al leer el cuento podemos hacer un analisis de los valores que construyen la identidad del mexicano. Uno de los valores mas caracteristicos de esta cultura es su devoción hacia la religión católica. En Macario podemos apreciar intuitivamente la presencia de estas practicas católicas. “Que irá al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dirá que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días”(Rulfo, 1953). Ademas se puede encontrar el principio filosófico mexicano que separa el bien del mal, pues en dicha cultura ambas fuerzas no son complementarias sino opuestas.“El camino de las cosas buenas está lleno de luz. El camino de las cosas malas es oscuro”(Rulfo, 1953).